Enlarge your penis
Recibo mail de Jesse Díaz
por un asunto que hubiera preferido evitar
¿puedo decirte Jesse?
que mi insuficiencia era un secreto
a resguardo por los paños de la vergüenza
remedos baratos de algodón Calvin Klein
¿quién apostaría tanto por tan poco?
Recuerdo que una vez
tuve un compañero de primaria,
un hombre de aplomo, de verdadero éxito,
enrollaba los billetes de su semanada
y los disponía transversales en el bolsillo del jean
de un modo que allanaba su ascensión
al precario calabozo de la adolescencia.
¿Sabés de quién te hablo Jesse?
en aulas y en pasillos
su nombre sonaba mucho en ese tiempo.
¿Sabés quién era?
¿Podés recorrer todas las caras de entonces,
como fichus de lata de corredores de Formula 1,
y entrever los gestos de su orgullo?
Chupi –chupi, señorita Díaz, Tapadita.
Ahora te imagino, Jesse,
la segunda malteada de muchas nectarinas
por la que a la noche te vas a odiar
abanicándote la nuca con el fascismo de ayer
haciendo tiempo para tomar tu lugar
en el pequeño cuarto sin ventanas
donde latinas como vos
acopian listas de mails, clickean send,
en una escena muy lejos de Sam Shepard
llena de un futuro tan poco promisorio.
¿desea usted borrar este mensaje de su casilla?
Jesse, querida, con toda sabrosura,
ya Kimberli lo había insinuado
y antes Dorothee
y mucho antes una máquina sin nombre.
Es un mundo extraño Jesse,
la Unión Soviética se desplomó frente a nuestros ojos
pero las PC se impusieron sin que
pudiéramos advertir la andanada.
Insuficiencia es nuestro definitivo Gran Buenos Aires
y no hay modo, ni carne que dé abasto
que disimule tanta nadería
tanto tiempo esperando el turno
para pagar Alumbrado, Barrido y Limpieza.
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2 comentarios:
palmetas aplaudidoras a rabiar
a mi me lo mandó una tal alice, y todavía no puedo convencerla de que penis no tengo
Doña Emma, ¡qué encanto! y yo que estoy tan poco salidor!
tremendo lo de esos mails, y tanta energía al cuete mire!
besos y salu túl mond.
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