domingo, 29 de julio de 2007

You've got mail!

Enlarge your penis

Recibo mail de Jesse Díaz
por un asunto que hubiera preferido evitar
¿puedo decirte Jesse?
que mi insuficiencia era un secreto
a resguardo por los paños de la vergüenza
remedos baratos de algodón Calvin Klein
¿quién apostaría tanto por tan poco?

Recuerdo que una vez
tuve un compañero de primaria,
un hombre de aplomo, de verdadero éxito,
enrollaba los billetes de su semanada
y los disponía transversales en el bolsillo del jean
de un modo que allanaba su ascensión
al precario calabozo de la adolescencia.

¿Sabés de quién te hablo Jesse?
en aulas y en pasillos
su nombre sonaba mucho en ese tiempo.
¿Sabés quién era?
¿Podés recorrer todas las caras de entonces,
como fichus de lata de corredores de Formula 1,
y entrever los gestos de su orgullo?
Chupi –chupi, señorita Díaz, Tapadita.

Ahora te imagino, Jesse,
la segunda malteada de muchas nectarinas
por la que a la noche te vas a odiar
abanicándote la nuca con el fascismo de ayer
haciendo tiempo para tomar tu lugar
en el pequeño cuarto sin ventanas
donde latinas como vos
acopian listas de mails, clickean send,
en una escena muy lejos de Sam Shepard
llena de un futuro tan poco promisorio.
¿desea usted borrar este mensaje de su casilla?

Jesse, querida, con toda sabrosura,
ya Kimberli lo había insinuado
y antes Dorothee
y mucho antes una máquina sin nombre.
Es un mundo extraño Jesse,
la Unión Soviética se desplomó frente a nuestros ojos
pero las PC se impusieron sin que
pudiéramos advertir la andanada.
Insuficiencia es nuestro definitivo Gran Buenos Aires
y no hay modo, ni carne que dé abasto
que disimule tanta nadería
tanto tiempo esperando el turno
para pagar Alumbrado, Barrido y Limpieza.

lunes, 16 de julio de 2007

Fassolita querido

Los piojos de “tenés que escribir algo para el blog” me comen la cabeza desde hace días, intenté untarme la testa con todos los venenos a mano y no hubo caso: esos bichos vienen cada vez más resistentes y esperan ansiosos la merienda del piojicida.
Sucede que no tengo nada para decir, estoy demudado, enmudecido, con el mute on y de mal humor como de costumbre.
Mejor me hubiera puesto un fotolog para subir fotos y entregarme a la histeria electrónica y dejarme mensajitos levemente hot con chicos y chicas de todas edades y lugares.
Igual me pregunto si es verdad que no tengo nada para decir, si puede ser cierto. En realidad hay algo que mantengo indicto desde hace mucho y nunca encontré el modo de esputarlo, la ocasión meritoria, tal vez porque lo creía indigno.
Años atrás, en la tele, escuché a Moria decir que el público la consideraba una Enrique Pinti con tetas; desde ahí me quedó imposibilitada una respuesta pero juro que la urgencia era mucha ya entonces.
Esa es “la” respuesta tal vez, el mantra limitador a toda la parafernalia del mundo, a la petit maldad cotidiana de la gente bien, al horror de la derecha y el espanto ultra católico, a que el Rafa Di Zeo sea nuestro goberneitor, a la fantasía del progreso tecnológico e intelectual y la fiesta de compraventa en el día del amigo.
Pobre Moria, tan espantosa, hace mucho que quiero contestarte: NO.

Acabo de ver en la tele una entrevista a un grupo de mujeres kirchneristas, Vaca Narvaja y Ocaña entre otras, que apoyan la candidatura de la reine Kristina y se hacen llamar “Las Generalas”.
A mí, por favor chicas, tachenmé la doble.
Salú tul mond.

viernes, 6 de julio de 2007

Mientras trabajo

Lo que aprendí en estos años de trabajar en la farmacia es que decir “remedios” es de curanderos y madres. La palabra correcta es “medicamentos”. Aprendí nombres dificilísimos de drogas. Que los genéricos es lo mismo pero vienen en blisters desangelados y deprimentes. Vi muchas veces, ayer mismo justamente, llenar una bolsa como de consorcio pero roja con anticonceptivos vencidos que se vencen porque los médicos no los recetan y la gente no sabe que puede pedirlos en la farmacia del hospital. Mientras mis compañeras tiraban las píldoras inservibles quedándose con algunas tabletas para ponerles a las plantas (dicen que les hace bien), pensaba a cuántas mujeres la ingesta diaria de esas pequeñas lentejas podría haberles evitado el mal trago, la mala muerte, una vida peor. Después pensé si Tere, que salió de vacaciones hace unos días, estaría ya en Misiones visitando a su hermano tal su plan. Qué temperatura haría en Misiones. Si la tierra será tan roja así como dicen. Que me gustaría conocer Misiones, ir al pueblito de donde es Tere, cerca de Posadas, donde está enterrada su madre que se le apareció en sueños –me contó- hace cosa de un mes y le dijo que mejor no viaje. ¿Le habrá hecho caso? ¿Habrá ido de todos modos? ¿Qué me contará cuando vuelva al trabajo a principios de agosto?